Este es un accesorio que me encanta, pues no hay nadie a quien no le favorezca. Puede ser una forma de convertir un outfit sencillo en algo sofisticado, divertido y diferente. Son considerados una pieza de joyería decorativa que tiene un soporte en la parte trasera del mismo y se pueden colocar en tu ropa para personalizarla y darle un toque extra.
Durante años han sido utilizados por mujeres maduras, por lo que han sido vistos de manera muy clásica y para outfits muy elegantes y finos. Hasta hace poco, una de las protagonistas de éstas piezas era la reina Isabel II, para la cual era un básico utilizar estas piezas decorativas.
Hoy en día, si bien se siguen utilizando de esa manera, también podemos darle un toque más moderno y relajado para el día a día.
Pero, ¿Cómo utilizarlos? Siempre va a depender del efecto visual que quieras lograr. Si lo ubicas en la parte alta de una solapa te hará ver más alta y estilizada, en cambio, si lo colocas más abajo, destacará el busto. Tu eliges la ilusión óptica que deseas proyectar. Acá te dejo algunas ideas:
Si lo colocas a la altura del busto, lo destacará y nos restará cms de altura
Al colocarlo más arriba genera más altura y te estiliza.
Además del clásico uso en la chaqueta, se puede utilizar en la caída de un sweater o en el escote de un vestido.
Otra forma más inesperada es para sujetar las mangas de nuestras blusas y dejarlas como manga 3/4.
Como cinturón también es una idea muy moderna y ayudará a destacar la cintura.
Como collar también queda perfecto.
Y como no, ahora que es época de frío, lucirlos en nuestras bufandas nos aportará más color al rostro.
Puedes jugar con tamaños, texturas, colores, según el efecto que quieras lograr. Los prendedores permiten que una prenda luzca más casual o formal, según nos atrevamos a transformar nuestros outfits de manera creativa.